Regresando a rodar.

Ah, mucho tiempo sin escribir; trabajar quita mucho tiempo, pero ya me las arreglé y estoy de regreso para escribirte sobre el ciclismo urbano en esta capital mexicana.

Pasó tanto tiempo desde mi última entrada, que la capital mexicana cambió de ser el Distrito Federal, ha ser la Ciudad de México. De hecho, ya esta forma se le conocía desde hace tiempo, solo nuestro "amado" líder lo hizo oficial. No sé cómo cambiará la administración de esta ciudad, espero que sea un cambio para bien y no solo palabrería política. Pero regresemos al mundo de dos ruedas.

El final del año pasado (2015) fue muy agitado, pero no por algún alleycat o rodada, fue por algo más triste e indignante: la muerte de ciclista y la falta de seguridad que vivimos los que no usamos auto en la ciudad.

Es bien sabido que las muertes de ciclistas son constantes en la ciudad, la muerte de Monserrat Paredes en Paseo de la Reforma (una importante avenida cerca del centro de la capital con una larga ciclovía) fue el punto de inflexión porque ya había varias quejas de la irresponsable forma de conducir de los choferes que recorren esa ruta, así como varios errores en su construcción, las cuales no les dieron importancia.

Esa tragedia estuvo en boca de todos medios de comunicación, lo que inició debate sobre la seguridad de los ciclistas, ya que los esfuerzos del gobierno son pocos e inútiles. Las ciclovías en vez de ser un carril seguro, muchas veces son invadidas por automóviles, peatones y hasta transporte público subiendo pasaje; llegando a tal punto que es más seguro rodar fuera de ellas.

Espero que con el nombre, cambie la visión de movilidad que tiene el Gobierno de la Ciudad de México; dejar de llenar la ciudad con segundos pisos, saturando las calles de autos, y ver a los peatones y ciclista como lo que son: LA MAYORÍA. Aunque viendo la minúscula parte del presupuesto que se le destinó al peatón y al ciclista, ese cambio hasta el momento solo fue de nomenclatura.

Hasta, ahora sí, pronto. Saludos.